Se acusa a Remo Erdosain, el protagonista, de estafar a la empresa donde
trabaja. En efecto, ha robado seiscientos pesos y tiene apenas
veinticuatro horas para reponerlos. Pide un préstamo a su amigo Ergueta,
pero éste se niega a ayudarlo. Piensa entonces en Gregorio Barsut,
primo de su mujer quien, a su vez, le niega la suma; entonces acude al
astrólogo, en cuya casa conoce a Haffner, el Rufián Melancólico,
tratante de blancas que le presta por fin el dinero.
Al volver a su casa, Erdosain descubre con sorpresa y dolor que su esposa se marcha con otro hombre. Luego, llega Barsut y le confiesa haber sido quien, para abochornarlo, lo denunció a la empresa.
Por lo tanto, Erdosain, "humillado y ofendido", regresa a casa del astrólogo y allí, con el apoyo de éste, planea asesinar al delator.
A partir de aquí se resume la moraleja encerrada en la novela: todos podemos terminar burlados por quienes creemos nuestros cómplices.
Los siete locos, publicada en 1929, es la primera parte de un díptico formado con Los lanzallamas (1931), su continuación. En ambas novelas Arlt exploró las posibilidades que brindaba la entonces incipiente narrativa de tema urbano. Aquí la verdadera protagonista es la ciudad de Buenos Aires.
Pero Arlt no aborda el tratamiento de esta metrópoli cosmopolita desde su grandeza citadina, sino desde la perspectiva de su sordidez, localizada en los bajos fondos, determinante de los destinos de sus moradores. En ella, el hombre alienado cae en el aislamiento total.
Después de permanecer en el olvido durante décadas, Roberto Arlt está siendo reivindicado en los últimos años por inaugurar un nuevo modo narrativo en la literatura argentina de principios de siglo, a través del realismo expresionista de su lenguaje, su terminología libre y el naturalismo de sus ideas deterministas.
Arlt inauguró caminos que luego serán transitados por algunos de los más grandes escritores contemporáneos en Latinoamérica.
Aunque algo convencional en su estructura desarrollo, esta novela es una buena muestra de las características del estilo de Arlt, con su intento por unificar lenguaje y realidad, la ruptura de reglas gramaticales, el rechazo a los embellecimientos retóricos y un sabio empleo de la jerga callejera y argentinismos.
Al volver a su casa, Erdosain descubre con sorpresa y dolor que su esposa se marcha con otro hombre. Luego, llega Barsut y le confiesa haber sido quien, para abochornarlo, lo denunció a la empresa.
Por lo tanto, Erdosain, "humillado y ofendido", regresa a casa del astrólogo y allí, con el apoyo de éste, planea asesinar al delator.
A partir de aquí se resume la moraleja encerrada en la novela: todos podemos terminar burlados por quienes creemos nuestros cómplices.
Los siete locos, publicada en 1929, es la primera parte de un díptico formado con Los lanzallamas (1931), su continuación. En ambas novelas Arlt exploró las posibilidades que brindaba la entonces incipiente narrativa de tema urbano. Aquí la verdadera protagonista es la ciudad de Buenos Aires.
Pero Arlt no aborda el tratamiento de esta metrópoli cosmopolita desde su grandeza citadina, sino desde la perspectiva de su sordidez, localizada en los bajos fondos, determinante de los destinos de sus moradores. En ella, el hombre alienado cae en el aislamiento total.
Después de permanecer en el olvido durante décadas, Roberto Arlt está siendo reivindicado en los últimos años por inaugurar un nuevo modo narrativo en la literatura argentina de principios de siglo, a través del realismo expresionista de su lenguaje, su terminología libre y el naturalismo de sus ideas deterministas.
Arlt inauguró caminos que luego serán transitados por algunos de los más grandes escritores contemporáneos en Latinoamérica.
Aunque algo convencional en su estructura desarrollo, esta novela es una buena muestra de las características del estilo de Arlt, con su intento por unificar lenguaje y realidad, la ruptura de reglas gramaticales, el rechazo a los embellecimientos retóricos y un sabio empleo de la jerga callejera y argentinismos.
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