Ir al contenido principal

Niebla. Miguel de Unamuno.

Niebla es una novela (nivola, según la personal terminología del autor) escrita por Miguel de Unamuno en 1907 y publicada en 1914. Esta novela fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español «El Mundo».


En la novela ("nivola") Augusto va a ver a Unamuno y éste le dice que no puede suicidarse porque no vive, sino que es un ente de ficción. Después se da cuenta de que todo es un sueño, un sueño de su vida.
La historia se desencadena y da su razón de ser cuando Augusto se rebela contra su no-existencia. Al final muere y le manda un telegrama a Unamuno en el que le dice "enhorabuena, se ha salido usted con la suya". La novela termina con una oración fúnebre a cargo de Orfeo, el perro de Augusto.
Toda la novela se configura como una extensa confesión metafísica. Unamuno se despieza a sí mismo, se convierte en ficción, se reinventa. Por ello su personaje acaba cobrando vida: la pretensión de la obra es cohesionar de tal forma ficción y realidad que el propio lector se sienta confuso, cierre las páginas del libro preguntándose aún qué hay de cierto y qué hay de novelesco (de nivolesco) en él. De esta forma se transportan al sentir de Miguel por entonces: un periodo de crisis, de preguntas, de vacíos espirituales.

Es interesante al respecto uno de los párrafos del libro, referente al novio de la amada del protagonista. Cuando aparece, Augusto Pérez se pregunta a sí mismo qué papel juega en su vida, en la vida de ella. Él es, ahora, el otro. Y jugando con ese pronombre Unamuno se embarca en una divagación filosófica acerca de la personalidad y el rol que interpretamos tanto en nuestra vida como en la de los demás.

Si bien, por otra parte, Niebla es la rebeldía hecha prosa, por el hecho de ser el primer representante del nuevo género "nivola", Augusto es también un rebelde (frágil al final, pero rebelde). La visita a casa del propio Unamuno es prueba de ello. El personaje no se conforma con una vida de títere, no manejada a su antojo. Como confesará:
"–¡Quiero ser yo, ser yo!, ¡quiero vivir! ––y le lloraba la voz."
"–¿Conque no, eh? ––me dijo––, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo, Augusto Pérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo, que Augusto Pérez, que su víctima..."
Es decir, se trata de la vida de alguien que lucha contra el determinismo divino pero que acaba, tras un periodo revulsivo, aceptando el destino que le haya sido marcado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Poemas saturnianos. Paul Verlaine.

Poemas saturnianos (en francés: Poèmes saturniens ) es el título del primer conjunto de poemas de Paul Verlaine , publicado en 1866 gracias al editor Alphonse Lemerre. Paul Verlaine formaba parte de los llamados poetas malditos, aunque nunca fue especialmente reconocido en su época.  En esta época, a Verlaine se le relaciona con un grupo constituido alrededor del joven poeta Louis-Xavier de Ricard, a quien había conocido en 1863 y que por entonces editaba una revista literaria, filosófica y política llamada la Revista del progreso moral, literario, científico y artístico ( Revue du Progrès moral, littéraire, scientifique et artistique ), donde Verlaine publicó su primer poema: Monsieur Prudhomme .  Lemerre reunió a todo el grupo de Ricard y se lanzó una nueva revista semanal, exclusivamente literaria: L'Art .en la que se defendían el culto a la perfección formal o la teoría del "arte por el arte". Tras la desaparición de esta revista, se lanzó en 1866 otra llamad...

Martine Desjardins La cámara verde

Martine Desjardins La cámara verde Traducción de  Luisa Lucuix Venegas Una obra maestra del gótico canadiense, deudora del mejor Robertson Davies, y que bien podrían haber firmado Shirley Jackson o Margaret Atwood. Una de las más divertidas y mordaces sagas familiares de los últimos años, galardonada con el premio Jacques-Brossard. Todas las casas tienen sus pequeños secretos, pero algunas los protegen con más ahínco que otras. Durante años, los engaños y vilezas de la familia Delorme han sido celosamente custodiados por las robustas paredes de su hogar, una mansión gótica situada en Mont-Royal, a las afueras de Montreal. Tras sus sesenta y siete cerraduras, el edificio ha ocultado las historias más perturbadoras de sus habitantes. Sin embargo, todas ellas saldrán a la luz con la irrupción de la intrigante y hermosa Penny Sterling. Con su llegada se desvelarán los pecados de los Delorme, incluyendo los cometidos en la habitación abovedada conocida como «la cám...

John Mortimer Los juicios de Rumpole

John Mortimer Los juicios de Rumpole Traducción de  Sara Lekanda Teijeiro John Mortimer vuelca en  Los juicios de Rumpole  toda la maestría de los misterios de Agatha Christie y los envuelve del ácido sarcasmo de P. G. Wodehouse para dar lugar a una de las sagas detectivescas más importantes de todos los tiempos. Una excelsa muestra del mejor humor británico. Un vicario al que se le acusa de robar camisas en una tienda, pero que se niega a defenderse; un director y actor de teatro que muere en extrañas circunstancias, dando paso a un juicio por asesinato que se sale completamente del guion; un recién casado que parece matar el tiempo robando en licorerías…  En el particular universo de Horace Rumpole —un irrefrenable y audaz letrado amante de la poesía, del vino peleón, de los puritos baratos y de los casos perdidos, especialista en manchas de sangre y en el arte del interrogatorio— se mezclan a partes iguales el sarcasmo, el humor y la intrig...