Hija de Coupeau y Gervasia Macquart - protagonistas de La Taberna—,
Naná, prostituida desde niña, es presentada por el autor cuando pasa de
una mísera vida galante a la conquista de París como la mujer de moda,
título que conquista a raíz de su debut en La rubia Venus, en el teatro
Variedades.
Al día siguiente de su exitosa representación —debida a su belleza, juventud y desvergüenza, más que a méritos artísticos—, Naná decide confiar el cuidado de su hijo Luisito, de padre desconocido, a su tía, la señora Lerat. Entre otras numerosas visitas, acepta recibir la del conde Muffat de Benville, el suegro de éste, el marqués de Chouard, y la del joven Jorge Hugon, de 17 años.
En el animado cuadro de la vida galante de la alta sociedad y de las intrigas y enredos entre bastidores que constituyen la ambientación de la novela, Zola hace desfilar una variedad de personajes muy interesantes, como el conde Xavier de Vandeuvres, el banquero Steiner, el periodista.
Fauchery, la señora Maloir, Labordette, Lucy Stewart, Rosa Mignon, la Satin, la doncella Zoe, el cómico Fontan... Steiner ha sucumbido a los encantos de Naná y le compra la quinta La Mignotte; ahí ella, sin embargo, además de recibirlo a él, agasaja también a su constante adorador, el pequeño Jorge o Zizi, como ella le llama, a quien se entrega alegremente.
Con un estilo concreto, crudo y descarnado, propio del realismo y de la escuela naturalista, de la que Zola fue el máximo exponente, se narra la historia sin perdonar ni ocultar nada, aunque al desnudar el alma de sus personajes sólo encontrarnos lodo y miseria.
A Zola le interesa la verdad de la vida, y a ésta ha amoldado su visión de la existencia y su estilo llano y sin pudor, cruel y despiadado, que persigue siempre un fin moralista.
Al día siguiente de su exitosa representación —debida a su belleza, juventud y desvergüenza, más que a méritos artísticos—, Naná decide confiar el cuidado de su hijo Luisito, de padre desconocido, a su tía, la señora Lerat. Entre otras numerosas visitas, acepta recibir la del conde Muffat de Benville, el suegro de éste, el marqués de Chouard, y la del joven Jorge Hugon, de 17 años.
En el animado cuadro de la vida galante de la alta sociedad y de las intrigas y enredos entre bastidores que constituyen la ambientación de la novela, Zola hace desfilar una variedad de personajes muy interesantes, como el conde Xavier de Vandeuvres, el banquero Steiner, el periodista.
Fauchery, la señora Maloir, Labordette, Lucy Stewart, Rosa Mignon, la Satin, la doncella Zoe, el cómico Fontan... Steiner ha sucumbido a los encantos de Naná y le compra la quinta La Mignotte; ahí ella, sin embargo, además de recibirlo a él, agasaja también a su constante adorador, el pequeño Jorge o Zizi, como ella le llama, a quien se entrega alegremente.
Con un estilo concreto, crudo y descarnado, propio del realismo y de la escuela naturalista, de la que Zola fue el máximo exponente, se narra la historia sin perdonar ni ocultar nada, aunque al desnudar el alma de sus personajes sólo encontrarnos lodo y miseria.
A Zola le interesa la verdad de la vida, y a ésta ha amoldado su visión de la existencia y su estilo llano y sin pudor, cruel y despiadado, que persigue siempre un fin moralista.
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