La muerte de Artemio Cruz (1962)
reconstruye la vida de un hombre poderoso que está agonizando, a través
de saltos en el tiempo y de enfoques narrativos y técnicas cambiantes.
Comienza
la novela con el retrato introspectivo en primera persona de Artemio
Cruz. Un autorretrato en el que podemos entender que se encuentra
enfermo o malherido postrado en su lecho. Desde este punto de vista de
un hombre en su lecho de muerte va a ser narrado todo el relato. La
novela intercala las impresiones de Cruz moribundo en la cama con sus
sueños, sus reflexiones y sus recuerdos, todo un recuento de su vida,
sus amores, sus momentos heroicos y mezquinos, su valor y su cobardía,
en definitiva toda la retrospectiva de una vida agitada desde sus
últimos estertores.
La novela no está estructurada en capítulos, sino en
pequeños fragmentos que entrelazan las sensaciones de Artemio Cruz en su
lecho de muerte con el recuerdo de los momentos más importantes de su
vida, de forma que la novela es un continuo flash-back y recuento de
esas memorias. Este resumen intenta seguir y ser fiel a esa misma
estructura.
Desde ese lecho recuerda el día anterior. Un viaje en avión desde Hermosillo, Sonora, hasta la Ciudad
de México. Por su relato nos vamos enterando de que Artemio Cruz es un
hombre de negocios y esos negocios no siempre son precisamente legales.
Recuerda algunos días de la revolución, cuando Cruz
se encontraba con los alzados en un pueblo, al lado de una mujer que
conoció, Regina.
Y continúa narrando sus vivencias a modo de diario. En esas entradas se va descubriendo la realidad del personaje y de su entorno social.
Nos enfrenta a múltiples reflexiones a partir de una historia sencilla, y nos deja pensando después vafrios días.
Las mejores lecturas requieren cierta digestión.
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